Bora Bora se ha convertido en uno de los mejores destinos a la hora de disfrutar de la luna de miel y de unas vacaciones en un lugar exótico. Hay que decir que es un destino de lujo, pero desde luego es el lugar ideal para unas vacaciones muy especiales, en una laguna de aguas cristalinas hospedándose en cabañas con todo tipo de comodidades.
Bora Bora se encuentra en la Polinesa francesa, y no es un destino demasiado masificado, en gran parte por lo pequeña que es la isla y porque no todas las economías se lo pueden permitir. Hay una isla principal y después hay diferentes ‘motus’ o islotes pequeños que no tienen formaciones montañosas, normalmente solo un poco de vegetación. No solo es un destino de sol y playa, sino también un lugar para descubrir una cultura milenaria muy especial.
Bora Bora está situada al noroeste de Tahití, y al sur de Hawaii, y está formada por un volcán extinto que ya no se encuentra activo. Está rodeada por una laguna separada del mar por un arrecife de coral, lo que la convierte en un lugar muy sereno e ideal para desconectar.
Para llegar a la isla es necesario pasar por el aeropuerto de Tahití, utilizando el servicio de la compañía Air Tahití. En unos 50 minutos se llega al aeropuerto Motu Mate, en el noreste. Este pequeño islote o motu se encuentra a 30 minutos de Vaitape, que es el pueblo principal de Bora Bora. Desde el aeropuerto hay que coger un ferry para llegar a los diferentes destinos, y lo ideal es pactar previamente el desplazamiento con el hotel. En la isla no hay transporte público, por lo que hay que alquilar un coche, hacer safaris en jeep o moverse en bicicleta o a caballo, además de embarcaciones que van de un motu a otro. Otra forma de llegar desde Tahití es utilizando botes cruceros, aunque no se recomiendan mucho porque son lentos y también tienen pocas comodidades.
La documentación que hay que llevar es el pasaporte si vamos a estar menos de tres meses, y el visado si la estancia es mayor. La moneda es el franco pacífico francés, y unos 120 francos equivalen a un euro. Lo mejor es cambiar la moneda en la isla, en los mismos hoteles, en cajeros o en bancos, y en algunos lugares incluso admiten euros.
El clima ofrece de 25 a 30 grados todo el año, pero la mejor época es de mayo a octubre, ya que hay meses en los que hay fuertes vientos. Los meses de mayo, junio, septiembre y octubre son los mejores por la combinación de tiempo y disposición del alojamiento.
Una de las excursiones que no deben perderse los amantes del buceo es la visita al arrecife de coral. En él se puede apreciar mucha vida submarina, haciendo deportes acuáticos. También se puede disfrutar de una puesta de sol desde un katamarán.
Si se desea ver los animales marinos propios del entorno, se puede acudir al parque marino Lagoonarium, en un islote privado. Allí se pueden ver y también es posible nadar con animales como peces exóticos, delfines, rayas o tortugas. En Le Meridien tienes otro parque marino con más de cien especies de tortugas marinas si deseas conocer a fondo este animal.
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